“El Brujo“, por Emmanuel Muleiro, 2016

Brujo, fruta de sangre el corazón, dirá tu canto, con el filo
que abre el sueño del doble dormido, dirá.
Fruta que baila en la boca de los dioses y las estrellas, dirá, y
la herida vertical del naciente muerto será alimento.
Cuenco de cielo el cuerpo, dirá.
Cuenco de plumas, en la mañana, dirá,
Cuenco que raspa el gran gato de tarde, dirá
Cuenco donde reptan escamas frías de
noche, tu canto dirá y será alimento.
Todo dirá tu canto y como el mosquito
hundirá su boca en el sexo de la noche, porque su fuego
limpia los sueños envenenados, dirá.
Porque en hombres y mujeres hay
insectos fantasmas que asaltan el maíz
de su carne más tierna y aguijonean la risa
hasta convertirla en llanto, dirá y
es el filo de tu canto, Brujo,
el filo de dientes de
humo quién los tritura y espanta, dirá
y da luz de oro al cráneo de quién duele
en esta tierra, tu canto dirá,
sacrificio y regalo, dirá.