No sería nada novedoso decir que nuestro tiempo está definido por la urgencia, la sensación de un inminente final parece nuevamente proyectarse en cada una de las esferas de la vida contemporánea: pandemias, guerras y colapso ecológico.

Fue a finales del año 2023 donde retome un libro llamado El Libro de los milagros, una reproducción de un manuscrito ilustrado del siglo XVI del Renacimiento. El texto está repleto de visiones y mapas cósmicos en donde eclipses, luces de fuego en el cielo y el nacimiento de animales extraños eran premoniciones de un inminente Apocalipsis. Todas esas bellas ilustraciones me llevaron a fantasear con posibles imágenes de nuestro final.

Utilizando como premisa esas imágenes catastróficas, desarrolle una serie de piezas textiles donde las señales apocalípticas suceden en escenas que muestran al obelisco porteño bajo las fauces de una ballena, envuelto en llamas o anegado por el río y manos emergiendo de las profundidades del fuego nocturno preanunciando la caída de un hermoso y colorido meteorito dispuesto a convertir nuestros cuerpos en polvo de estrellas.

A toda destrucción le precede un cambio, una transformación, una aparición de algo antes no visto y es allí donde los Eclipses conjuran lo imposible: la noche y el día juntos.

Dicha potencia transformadora es una semilla y es en la serie de dibujos Cáscara y piel en donde las figuras representadas se las ve en estado de germinación. Las 9 piezas muestran siluetas humanas cuyas formas nos remiten a la vida vegetal: semillas, hojas, frutos y flores. Las plantas viven simultáneamente dos vidas: una aérea, bañada y sumergida en la luz, hecha de pura visibilidad y otra, con sus raíces, oscura, mineral, latente y en sinergia comunión con todas las formas de vida que la habitan.

En estos nuevos cuerpos imagino un horizonte posible, una unión con este proceso de vida vegetal, el único que alcanza a reunir en su interior y en su experiencia a la tierra y el cielo, la piedra y la luz, el agua y el sol, a ser imagen del mundo en su totalidad.
Tadeo Muleiro, 2024