Aquel que duerme
pronuncia con sus labios sellados,
el nombre del hueco dentado
que todo lo trae y todo lo lleva.
Y es el sueño de aquel que duerme
la voz que interroga al vacío
y con sus preguntas invoca un despertar latente.
¿Quién es éste que con un brazo y un rostro
de plumas vuela sobre la luz y la sombra de ese corazón?
¿Por qué de este pie crece vegetal y florece
con el temblor que evita el andar por la tierra de los muertos?
¿Es este sexo rojo un incendio callado o la semilla del sonido?
Ruge el gato manchado desde tu hombro
hasta tus cinco dedos, ruge y de un salto se te metió dentro.
¿Quién es éste que parece despierto y quién es el dormido?
Un visitante ciego percibe el movimiento
en el espejo, que aunque luce quieto, está lleno de
serpientes que reptan por este cuerpo sin pausa.