“Los Hermanos”, por Emmanuel Muleiro, 2016

Aquellos pájaros
desgarran sus entrañas cada día.
Cumbre de luz, anuncia la mañana
y es la mañana un hueco blanco
donde los ojos construyen su morada.
Acantilado de sombra vuelve
enorme el rasguño inadvertido,
vierte lo oscuro y sus secretos
en la casa de toda mirada y hace
cenizas de su fuego.
Lo negro es otro sol y
el día una noche desnuda.
Pájaro de luz, pájaro de sombra,
son los ojos el escenario de sus combates
cotidianos y los párpados las alas ciegas que
muestran el vértigo brillante
cuando se cierra por completo la noche.