Tadeo Muleiro por Andrés Labaké, 2014

El humor, como consecuencia de un decir, aparece muchas veces ante cuestiones que tienen que ver con los límites de la imposibilidad misma del decir más. Pone en juego a un tercero, a un Otro (como lugar simbólico), en el territorio del código, del conjunto de los significantes del lenguaje y de su función productora de sentido.

Tadeo Muleiro construye su poética y su obra en una constelación donde se cruzan diversos planos, tal vez los más visibles sean la barroquicidad latinoamericana, el sincretismo y el humor.

Trabaja y propone una omnipresente mixtura, un personal y singular imaginario sincrético, una poética contaminada, abarrotada de disímiles símbolos y signos.
El Barroco en el cuerpo, desde hace cinco siglos. Un estar y un devenir mestizo.

Una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. El mito se presenta como un relato atemporal. Su estructura se define por los lugares que ella define.
Tadeo abre el juego e invita a involucrarse e interactuar con sus objetos en esta dimensión, de constante visita y re definición de los mitos y relatos.

Sus abordajes, sincréticos a su vez, la ficción que despliega, y los lugares que va definiendo, los hace desde la exuberancia, la voluptuosidad, la veneración, la sensualidad. Maneras desde donde desea construir significación y experiencia.

La intensidad obsesiva y a la vez el humor, la cita a diversos códigos-lenguajes circulantes, la abundancia suma, con la que produce esta re problematización poética de la configuración de los mitos, cotidianos, de las diversas estructuras de formular creencias y temporales verdades fundacionales, aparecen como características constitutivas de sus obras, y probablemente también de sus modos de estar en ellas y de transitarlas.